Blake Lively y Justin Baldoni: Acoso, desprestigio y "guerras digitales"

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El conflicto entre Blake Lively y Justin Baldoni sacudió a Hollywood en plena época festiva, dejando al descubierto no solo acusaciones de acoso y campañas de desprestigio, sino también la realidad de cómo el público procesa estas situaciones en la era digital.

La demanda interpuesta por Lively, que incluye pruebas de mensajes que detallan un intento deliberado de destruir su reputación, provocó un necesario debate sobre el impacto de la manipulación social en el ámbito profesional y la percepción pública.

@owiejdn0

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Cronología de una disputa pública

La tensión entre Lively y Baldoni empezó durante la producción de la película “It Ends With Us”. Según la demanda, Baldoni habría creado un ambiente laboral hostil con comportamientos inapropiados como mostrarle imágenes explícitas y realizar comentarios sobre su apariencia, peso y vida personal.

Las diferencias entre ambos se hicieron más evidentes durante la promoción de la película. Baldoni apareció solo en varias entrevistas, mientras que Lively evitaba coincidir con él en eventos públicos. Este distanciamiento levantó incesantes sospechas y rumores, que finalmente se confirmaron con la presentación de la demanda.

Entre las pruebas presentadas por Lively se encuentran mensajes de texto del publicista de Baldoni a miembros del estudio, donde se discuten estrategias para desacreditar a la actriz. Frases como “quiere sentir que puede ser hundida” y “no podemos escribir que la destruiremos” forman parte de los documentos presentados.

@nytimes

As the movie "It Ends With Us" became a box office success, online criticism of Blake Lively skyrocketed. A New York Times review of private messages and documents shows what happened after she accused Justin Baldoni, her co-star and the director, and Jamey Heath, the lead producer, of misconduct on set. Megan Twohey, our investigative reporter, explains the inner workings of an alleged Hollywood smear campaign that followed. Read the full investigation at the link in our bio. Video by Megan Twohey, Gabriel Blanco, Laura Salaberry, Rebecca Suner and Claire Hogan / The New York Times #BlakeLively#JustinBaldoni#ItEndsWithUs#IEWU#ItEndsWithUsMovie#Hollywood

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¿Por qué se cuestiona a la víctima?

A pesar de las pruebas presentadas, la reacción del público no ha sido uniforme. Aunque el principio de “creer en la víctima” ha ganado terreno en los últimos años, en este caso, muchas personas, incluidas mujeres, han mostrado escepticismo hacia Lively. En redes sociales, algunos comentarios señalan que “hay algo en ella que no les cae bien”, un sentimiento que parece estar más relacionado con percepciones subjetivas que con los hechos presentados.

En 2024, aún persiste una resistencia hacia las mujeres exitosas que alzan la voz sobre experiencias negativas. Lively, con una carrera exitosa, un matrimonio mediático y una imagen pública aparentemente perfecta, parece haber enfrentado un escrutinio desproporcionado. Ser víctima de acoso o manipulación no excluye tener errores personales.

Lively ha sido criticada en el pasado por decisiones como expresar admiración hacia Woody Allen, cuyo expediente es, a lo menos, complicado, pero hoy no vamos a caer ahí, o por una entrevista que fue catalogada como “difícil”. Sin embargo, estos episodios no anulan su derecho a denunciar situaciones de acoso o campañas de desprestigio. Una persona puede no ser perfecta y, aun así, ser víctima de circunstancias graves e inaceptables.

El peso de la era digital

La realidad de todo es que hoy, las redes sociales amplifican tanto las verdades como las mentiras y una campaña de desprestigio puede ser devastadora. La velocidad con la que se difunde la información y el juicio inmediato del público afectan no solo la percepción de los involucrados, sino también la narrativa general sobre temas delicados como el acoso y la manipulación.

El caso de Lively y Baldoni subraya la necesidad de ser críticos con la información que consumimos y de recordar que la empatía y la evidencia debe prevalecer sobre prejuicios subjetivos. Así que, Mientras Lively enfrenta una batalla legal, la conversación debe enfocarse en cómo la sociedad puede apoyar mejor a las víctimas sin caer en narrativas simplistas ni en juicios apresurados.

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