'Veracruz', los besos con Gary Cooper y el pelo sucio: setenta años del sueño americano de Sara Montiel
12/22/2024 11:00 PM
El día de Navidad de 1954, hace ahora 70 años, llegaba a los cines 'Veracruz'. Además de ser un western estupendo sobre traiciones, rivalidad y venganza, con el sello de Robert Aldrich, en España la película también es famosa por ser la que introdujo a nuestra Sara Montiel en Hollywood. Y las anécdotas del rodaje van de lo curioso o lo romántico a lo desagradable. A nuestra manchega más internacional, que compartió plano con dos pesos pesados como Gary Cooper y Burt Lancaster, no debió hacerle demasiada gracia lo que dijo Lorraine Chanel, amante de Cooper, en la biografía de este. "Volvía diciendo que casi le resultaba insoportable tener que tocarla o besarla. Nunca utilizaba champú. Me dijo su peluquero que cada día no hacía más que añadirle aceite de oliva a su pelo".
Pero María Antonia Abad tampoco se quedó corta a la hora de calificar de sosos los besos de la estrella de 'Solo ante el peligro'. En más de una entrevista se encargó de repetir que él había sido mucho más entusiasta que ella a la hora de besarse. Lo cierto es que el galán no andaba muy contento con la trama de la cinta, que pensaba que estaba mal desarrollada. Para colmo de males, la medicación que tomaba en esta época lo había dejado, según crónicas de cotilleo de Hollywood, impotente. La jovencísima Sara Montiel, a la que prácticamente doblaba la edad, pudo haber sido otra de las molestias que hicieron de 'Veracruz' una mala experiencia para él.
Aquella era una de las primeras películas importantes de Hollywood que iban a rodarse en localizaciones de México y Sara, que ya se había convertido en una estrella a pequeña escala en ese país, coincidiendo con la Edad de Oro de su cinematografía, tenía motivos para estar nerviosa. Ella misma lo contó años después. "Trabajar con un actor tan importante... Era mi primer trabajo en Hollywood y yo no sabía inglés. Todos los diálogos me los escribía fonéticamente". Un día, mientras estaba preparada para recitar su diálogo, el no conocer el idioma le pasó factura. La actriz tenía que decir: "Do you want to fight with me? (¿Quieres luchar conmigo?" y un miembro del equipo le gastó una broma pesada. "Me dijo que tenía que decir "Do you want to fuck me? (¿Quieres follarme?)", contaba Sara entre las risas del público. "Llega el momento del rodaje, entro en cámara, y le digo a Gary Cooper, 'Do youn want to fuck me?' y me contesta 'Of course, why not? (Por supuesto, ¿por qué no?)".
Decía Marujita Díaz que Sara era una gran mentirosa. Ciertas o no, sus historias sobre el rodaje de 'Veracruz', al que llegó gracias a su notoriedad en México y tres años antes de ser la mujer del mismísimo Anthony Mann, eran mejores que la propia verdad. La estrella contaba que también enseñó a Cooper un truco para aguantar horas y horas sin que la luz le hiciese daño en los ojos. "Me preguntó: 'Montielito, ¿cómo tú mantienes los ojos asssí?". Ella le aconsejó echar gotas de anestesia en cada ojo, algo que ella hacía siempre que podía para que el polvo y la suciedad del desierto no afectase a su mirada. El personaje de Sara, una juarista que también lucha contra el emperador Maximiliano, requería de belleza y arrojo, y es un hecho que la actriz lo tenía. No es de extrañar que, más allá de los besos o no besos con Cooper, algunos críticos destacasen su aparición en pantalla.
La película de Aldrich destacó por unos encuadres que se adelantaban al spaguetti western y un tratamiento novedoso de la violencia. Además de su poder estelar, el poderío visual de Aldrich fue otro de los aspectos destacados por la crítica. Sara Montiel se benefició de esas loas y del enorme éxito de taquilla. No es raro ver fotos de la española al lado de algunas estrellas del Hollywood de la época como James Dean. Además, pronto la llamarían para estar en el reparto de 'Dos pasiones y un amor (Serenade'), un musical donde compartió rodaje con Joan Fontaine y el tenor Mario Lanza. Poco podía sospechar que, además, acabaría en los brazos del director de la cinta, Anthony Mann. Él, con el que se casó en 1957, la introdujo de cabeza en el mundo de Hollywood. Llegó a conocer, tal y como contó la propia actriz a este medio hace años, a Marilyn Monroe en un almuerzo. "Marilyn nos atendió estupendamente a Tony y a mí durante toda la comida. No era muy alta. Era pequeñita, poquita cosa. Acababa de salir de un aborto y estaba muy débil y delgadita", nos contó.
Pero las comidas con Marilyn o el calor abrasador de Los Ángeles duraron poco. Cuando Sara cambió las hamburguesas por el gazpacho y volvió a España rodóEl último cuplé. Fue entonces cuando verdaderamente se convirtió en una estrella. El taquillazo de aquella película, la más taquillera de la historia del cine español durante décadas, supuso que cualquier producción, por pequeña que fuese, se vendiese solamente con su nombre en cartel. Un lujo que no todas las actrices españolas tuvieron a su alcance. Pese a establecerse en España, ya separada de Anthony Mann (el divorcio tuvo lugar en 1963) y de su etapa hollywoodiense, Sara Montiel siguió hablando con cariño y con la ironía que la caracteriza, de 'Veracruz'. Poco nos importa que aquellas maravillosas historias del rodaje fuesen ciertas o no. Sara era mucha Sara.