Bahar recuerda el momento que perdió su vida para cuidar a los demás: "Ahora solo me queda llorar"

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Bahar ha recordado su pasado, cuando hace 20 años dejó atrás su carrera para cuidar al padre de Timur, Uraz, a quien siempre consideró como un padre. Aquella decisión fue una de las más dolorosas de su vida y, a lo largo de los años, ha sentido cómo su propio sueño se ha ido desvaneciendo entre los sacrificios familiares.

Fue en una conversación entre Timur y Nevra donde Bahar escuchó, por accidente, que ella tenía derecho a vivir su propia vida. Sin embargo, sintiéndose atrapada por las circunstancias, se vio obligada a quedarse en casa y renunciar a lo que había soñado.

Mientras Bahar lidiaba con su propio dolor, Rengin también ha roto a llorar al recordar el primer premio que recibió hace 20 años como ginecóloga del año, un logro que marcó el comienzo de su carrera, pero que ahora parece cada vez más lejano, como un sueño de otro tiempo. Ambas mujeres comparten un sentimiento común: el de haber sido apartadas de lo que deseaban.

Bahar comenzó a trabajar nuevamente después de la llegada de su bebé, pero nunca contó con el apoyo que necesitaba. Timur la empujó a dejar su trabajo y, ahora, se encuentra en una situación similar. Los problemas en el trabajo, la presión de su marido, Rengin, y la constante carga de Seren sobre sus hombros la están empujando a renunciar una vez más.

Sentada en el suelo, Bahar ha reflexionado sobre todo lo que ha vivido con Timur, consciente de que, a pesar de los esfuerzos y el tiempo invertido en su matrimonio, las cosas no han mejorado. "No he olvidado lo mal que nos hemos tratado, nos hemos consumido. Hemos recorrido un largo camino, eterno, y cuanto más avanzo, más me doy cuenta de que no podemos seguir juntos".

La impotencia de Bahar para decir lo que siente, como si hubiera llegado a un punto donde ya no puede ni siquiera verbalizar el dolor que lleva dentro, ha quedado clara en esta frase: "hay cosas que soy incapaz de expresar y soy incapaz de hacerlo. Mis alas se han helado".

Y, en ese momento, con el peso del mundo sobre sus hombros, Bahar ha susurrado para sí misma: "Ahora solo me queda llorar".

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