Jefferson Brenes, el '10′ del Saprissa que también va al cole

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Jefferson Brenes, en 2008, era el crack de la pequeña escuela del Sector Norte de Siquirres. Allá destacaba, pero también daba la impresión de ser un talento no solo de la zona, sino de todo el pueblo. El fútbol era su vida y más allá de eso no había nada.

Brenes veía un balón y su mirada se perdía. Ante esto, el caso llamó la atención de uno de sus profesores, Jonathan Cambronero, quien empezó a tener una relación más cercana con el niño y su familia.

Cambronero siempre le insistió a Jefferson sobre la importancia de estudiar; sin embargo, entendió que en aquel momento solo había pensamientos para el deporte, por lo que él mismo lo ayudó a obtener una oportunidad en Brujas de Escazú.

"Él se quedó y ganó esa prueba, pero la dificultad de venirse a vivir a San José le impidió llegar a ese equipo", recordó.

La vida de Jefferson continuó, y llegaron los juegos en su natal pueblo caribeño, también los trabajos en construcción y el apoyo que él le dio a sus padres, quienes pasaron por momentos de vida complicados.

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Al final, cuando Jefferson tenía todo para desviarse, logró mantenerse en el camino correcto y, por fin, llegó la oportunidad de ser jugador de la mano de Horacio Esquivel, entrenador que lo llevó a Limón. Seguidamente, Herediano lo contrató, pero lo mandó cedido a Grecia, donde el volante volvió a encontrarse, por esas cosas de la vida, con Cambronero.

"Yo trabajaba como director en el Colegio Deportivo de Grecia y un día decidimos salir a comer. Le volví a insistir que debía estudiar. Ya él estaba más grande, entonces le comenté que era esencial la parte académica, porque en cualquier momento se podía dar una lesión", declaró.

Ya con madurez, Jefferson empezó a desarrollar un sentido de responsabilidad, sobre todo por la llegada de su pequeña, Naima Brenes.

"Creo que después de que se casó, como decimos los ticos, vio la cosa más seria. Vino a vivir en San Juan de Santa Bárbara y entonces la cercanía entre él y yo aumentó", acotó.

Jonathan Cambronero fue nombrado director en el Liceo de Santa Bárbara, y fue entonces cuando se dio cuenta de que en las instalaciones que él dirigía funcionaba el IPEC (Instituto Profesional de Educación Comunitaria).

Jonathan vio el interés de Jefferson en aprender, por lo que le propuso que, para este 2025, terminara su noveno año en el sistema IPEC.

"Es una modalidad de mañana, tarde y noche. Hicimos el contacto con el IPEC, ellos tuvieron mucha disposición, y ya Jefferson logró ingresar y está estudiando. Él quería vivir la experiencia de estudiar, entonces sale de entrenar y va tres días por semana", describió Cambronero.

El profesor añadió que la llegada de Jefferson al colegio ha servido incluso para motivar a las nuevas generaciones del liceo, quienes aprovechan para compartir con él y tomarse fotografías.

"Los profes del colegio le dan tutoría a Jefferson en ratos libres. Con los chiquillos míos, él ha sido muy accesible. Fotos van, fotos vienen, lo esperan por la dirección y ahí comparte con ellos", dijo.

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Para el educador, el ejemplo que está dando Jefferson es de destacar, sobre todo porque es una prueba de que el sistema educativo brinda oportunidades.

"Yo le voy a hablar como educador, ahorita, porque es Jefferson. Pero en Jefferson se ven reflejadas miles de personas que quieren estudiar, pero que tienen problemas en la casa y ven que les ha costado. Jefferson es como un ejemplo de lo que hacemos por los chicos y chicas", finalizó.

Jefferson Brenes, en 2026, podría estar celebrando su bachillerato. El morado disfruta de un anhelo que tenía: estudiar.

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