FEES versus resultados en las universidades públicas

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En las últimas semanas y con motivo de la discusión para la definición del posible aumento del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), se han planteado una serie de cuestionamientos sobre el destino de los recursos que reciben las cinco universidades públicas, los resultados de la inversión e incluso al propio esquema de financiamiento y distribución.

Mientras los rectores defienden su posición mostrando datos y haciendo énfasis en el número de estudiantes que reciben becas, exoneraciones y otros beneficios (¡la mitad de los estudiantes!), quienes cuestionan a las casas de enseñanza critican, particularmente, el bajo monto cobrado a los alumnos de más altos ingresos o los elevados salarios de algunos funcionarios y docentes.

En general, soy del criterio de que ambos bandos tienen mucha razón en su defensa o crítica al sistema, pero cada uno deslegitima los argumentos del otro y otorga mayor ponderación a su propio discurso.

Creo que depende de las propias universidades defenderse de las críticas con datos y argumentos más sólidos. Por ejemplo, durante la negociación del FEES, los rectores presentaron el avance en poco más de 20 indicadores y, a pesar de que cada uno mide algún elemento de interés para el sistema universitario (por ejemplo, atracción de más estudiantes de territorios indígenas, aumento en la acreditación de carreras o en la matrícula en profesiones de gran demanda laboral), destaca la ausencia de indicadores para la medición de resultados de tales acciones, y más aún, la relación entre la inversión y esos resultados.

Por ejemplo, los rectores informaron de que en el año 2023 el sistema universitario aportó un total de 1.418 proyectos de extensión y acción social vinculados directamente con sectores productivos y organizaciones de bienestar integral de las comunidades, y que el monto invertido en investigación, desarrollo, innovación, extensión y acción social ascendió a ¢94.000 millones (un 16 % del FEES), pero ¿cuál fue el impacto de esos proyectos? ¿Cuál fue la rentabilidad social o el valor agregado de esas inversiones?

No tengo duda del potencial efecto positivo de acciones como estas, pero las cifras que lo demuestren no estarían de más.

affa17@gmail.com

El autor es economista.

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