Xi Jinping y Emmanuel Macron se unieron para una "tregua mundial" de cara a los Juegos Olímpicos

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PARIS.- En su primera jornada de trabajo en París, el presidente chino Xi Jinping lanzó un llamado a la instauración de una "tregua mundial" durante los Juegos Olímpicos, que deben realizarse en Francia en el mes de julio. Una propuesta compartida por su homólogo francés, Emmanuel Macron, para quien "sería una ocasión de trabajar en favor de una solución durable en el respeto pleno del derecho internacional".

Durante esta visita de dos días y medio del presidente chino a Francia, Macron querría asegurarse de que China no caiga en un claro apoyo al esfuerzo de guerra contra Ucrania. Incluso, "alentarlo a utilizar los instrumentos" de los cuales dispone ante Moscú para"contribuir a una resolución de la guerra", afirmó hoy el palacio del Elíseo.

Hoy, en una conferencia de prensa conjunta mantenida en la sede de la presidencia, Macron saludó el deseo expresado por su homólogo chino de lograr una tregua durante los Juegos Olímpicos, así como "los compromisos" chinos "de abstenerse de vender todo tipo de armas" a Moscú.

Por su lado, el presidente chino pidió "no ensuciar a su país" en el marco de la crisis ucraniana. Xi considera que su país juega un "papel positivo" en la búsqueda de una solución pacífica.

"Nos oponemos a la utilización de la crisis ucraniana para hacer responsables a los demás, ensuciar un tercer país y desencadenar una nueva guerra fría", declaró Xi, refiriéndose a las críticas occidentales a las estrechas relaciones entre China y Rusia.

Poco antes, y en momentos en que los diferendos comerciales se acumulan en ese terreno entre Europa y Pekín, Macron lanzó un llamado a respetar "reglas equitativas para todos" en los intercambios comerciales entre Europa y China. El presidente francés también pidió una coordinación "decisiva" sobre la guerra en Ucrania.

Como lo había hecho con Moscú antes de la invasión de Ucrania, Macron espera colocar a su país como "potencia de equilibrio" en la pulseada sino-norteamericana. Decidió pues celebrar con gran pompa junto a su par chino los 60 años de relaciones diplomáticas bilaterales. Con ese motivo oficial, Xi Jinping llegó a París el domingo por la noche en su primera gira europea desde 2019.

Haciendo oídos sordos a las críticas de algunos líderes de la oposición que lo acusan de "recibir a un dictador en forma obsequiosa y con alfombra roja", Macron considera que "la situación internacional necesita, claramente y más que nunca, un diálogo entre Europa y China".

"El futuro de nuestro continente depende muy claramente de nuestra capacidad para seguir desarrollando en forma equilibrada las relaciones con China", repitió Macron el lunes en el Elíseo, al iniciar una reunión en la que participó la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen.

A pesar de los desacuerdos de principio subsistentes, Xi estuvo de acuerdo en que "China y la UE deben seguir siendo socios".

"En tanto que dos importantes potencias mundiales, China y la Unión Europea deben seguir siendo socios, proseguir el diálogo y la cooperación, profundizar la comunicación estratégica y reforzar la confianza estratégica mutua, consolidar su consenso estratégico y proceder a una coordinación estratégica", fue el mensaje lanzado por Xi, antes de esa reunión tripartita.

"Todo eso, para promover el desarrollo regular y sano de las relaciones bilaterales y aportar nuevas contribuciones a la paz y al desarrollo en el mundo", agregó. Por su parte, la UE considera oficialmente a China como un socio. Pero también como un competidor y un rival sistémico.

Según Macron, es necesario plantear "con toda confianza y amistad las preocupaciones, a fin de superarlas". El mandatario francés lanzó al mismo tiempo una advertencia contra "una lógica de desacoplamiento, que sería nefasta" en el plano económico, y pidió "reglas equitativas para todos".

En el terreno comercial, la presidenta de la Comisión Europea solicitó "un acceso igualitario a los mercados" chinos. Antes del encuentro, Von der Leyen había insistido en que Europa "no podía aceptar" el "comercio desleal" causado por el flujo de vehículos eléctricos o de acero chinos fabricados gracias a "subvenciones masivas". La UE "no titubeará en tomar decisiones firmes" si fueran necesarias para "proteger su economía y su seguridad", dijo.

Von der Leyen también se declaró "confiada" en que China seguirá tratando de calmar las amenazas nucleares rusas.

"El presidente Xi ha jugado un rol importante en la desescalada de las irresponsables amenazas nucleares de Rusia y confío en que seguirá haciéndolo", declaró.

Pocas horas antes, Vladimir Putin había ordenado la realización de ejercicios nucleares en una zona limítrofe entre su país y Ucrania. Una decisión que muchos especialistas leyeron como "un mensaje" —incluso como "una advertencia"— no solo a su homólogo y socio chino, sino como una respuesta a los "músculos" que mostró Emmanuel Macron en las últimas semanas, defendiendo la idea de una rápida Europa de la defensa y un eventual envío de tropas francesas al teatro de combate.

Tras un recibimiento de muy alto nivel a comienzos de la tarde en los Invalides, Macron y Xi mantuvieron un tête-à-tête privado, seguido de una conferencia de prensa. Por la noche, el jefe de Estado francés y su esposa, Brigitte, recibieron a Xi en una cena de gala en el palacio del Elíseo. El dirigente chino llegó acompañado de su esposa por primera vez en la historia de las relaciones bilaterales. Entre los 150 invitados, se hallaban los grandes nombres de la industria, la cultura y de la política de Francia. El martes, ambos presidentes harán un viaje más personal a los Pirineos, acompañados de sus esposas.

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