¿Una IA para resolver problemas de conducta de los chicos? La app que crearon dos argentinos y que genera dudas y expectativas
01/13/2025 01:19 PM
La propuesta es interesante, aunque abre lugar a dudas. ¿Servirá un asistente de inteligencia artificial (IA), instalado en el teléfono, que actúe en equipo con un terapeuta y les diga a los padres de un chico con desafíos de conducta, qué hacer o cómo actuar en medio de una rabieta? Y en todo caso, ¿cómo reaccionaría el chico, al descubrir que sus papás están siguiendo el consejo que viene de un bot?
Puede parecer algo del futuro. Sin embargo, esta tecnología ya está disponible a nivel mundial, y específicamente en el país, ya que dos de sus creadores son argentinos. Y no es uno, sino más de 50 padres y madres que ya lo están probando. Entre ellos, hay unas 20 familias argentinas.
Así planteado el debate, de un lado, aparecen los detractores de sistemas que reemplacen el vínculo emocional y la empatía que supone la relación con un terapeuta. A favor, quienes dicen que realmente hoy los consultorios psicológicos a nivel mundial están desbordados y no llegan a atender la demanda, y los padres con o sin recursos económicos para pagar las consultas tienen enormes dificultades para conseguir ayuda y mucho más, buenos resultados. Además, agregan, ningún psicólogo podría estar disponible todo el día para acompañar y aconsejar a los padres cuando más lo necesitan.
En el medio figura una madre como Giselle F, una de las primeras usuarias de esta herramienta. "Supe del proyecto por las redes sociales", dice. En el colegio de Mariano, de ocho años, le dijeron que su hijo, que está diagnosticado con Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH), tenía conductas disruptivas. Ella misma como madre sabía que pedirle que apagara la televisión o que ordenara sus cosas era un problema. Por eso, le sugirieron participar de ParenteIA, un modelo de asistencia de inteligencia artificial para padres, que estaba en fase experimental. Participó de varias entrevistas con una psicóloga de carne y hueso y después, completó formularios en los que le preguntaron cuestiones como si se come las uñas, si es hiperactivo, si se dormía en momentos que no correspondía, si era fanático del orden, si come fuera de hora, si se vuelve antisocial por momentos y si es muy perfeccionista, entre otras cosas.
Después, empezó una capacitación de ocho módulos, en los que una plataforma le explicaba cómo manejar ciertas conductas, a la que ella le podía hacer preguntas o cuestionar. Allí le preguntó cómo hacer para que ordene los juguetes sin que se niegue. La plataforma le recomendó ser comprensiva, mirarlo a los ojos y tomarse el tiempo para que ordene, pero sin enojos. Siempre, antes de una situación como esa, dar el enfoque, qué se espera del hijo y ser clara y firme en la decisión de que se implemente. "Fue muy amable y empática. Empecé a implementar los consejos, por ejemplo lo de proponerle pasar 15 minutos donde mi atención fuera exclusiva para él, que tuvo un efecto muy positivo, o hacer un cambio de roles a la hora de juntar juguetes, donde yo hacía de él y me negaba a ordenar y me sorprendí de ver que funcionó y que Mariano está teniendo grandes cambios. Al principio sentía dudas, ¿realmente una computadora me puede aconsejar? Pero después me di cuenta que desde la segunda sesión noté mejoras y ya no hubo hasta ahora momentos de grandes crisis", cuenta Giselle a LA NACIÓN.
Los creadores
Ahora esa herramienta ya está disponible y contratarla cuesta unos 50 dólares mensuales. Se llama ParenteIA y fue diseñada por dos argentinos radicados en Estados Unidos, que crearon esa aplicación que ayuda a los padres a atravesar las crisis de conducta de sus hijos. Se trata de Eduardo Bunge es un, profesor e investigador académico y psicólogo argentino de la Universidad de Palo Alto, en Silicon Valley, experto en terapia infantil y autor de muchos de los protocolos que se usan con chicos en psicoterapia; y de Juan Dellarroquelle que es emprendedor en Silicon Valley, artífice de Medallia, una compañía valorada en 6400 millones de dólares.
Ocurre que, justamente, quienes más dudas tienen sobre el sistema, encuentra un aval en el calibre de los especialistas que tiene la herramienta por detrás: No solo Bunge, sino también Antonio Hardan, jefe de Psiquiatría Infantil de la Universidad de Stanford, director de la Clínica de Autismo y Discapacidades del Desarrollo, que se sumó al proyecto.
Bunge es autor de las bibliografías más relevantes que utilizan los terapeutas para trabajar con niños y adolescentes en psicoterapia y en los últimos años se abocó al estudio de inteligencia artificial aplicada a la salud mental. Bunge cuenta que ParenteIA nació como un proyecto de investigación académica. Sin embargo, en diálogo con Hardan, estuvieron de acuerdo con que había que hacer algo ya para dar respuesta a toda esa demanda que los terapeutas no logran satisfacer, ya sea porque no tienen turnos o porque no pueden estar presentes en la vida de sus pacientes como ellos necesitarían. Así surgió la idea de crear este asistente de IA. Cuando el proyecto tomó forma, la Universidad de Palo Alto decidió sumarse y otorgarle la primera ronda de inversión como respaldo.
Lo que Bunge y Hardan hicieron, luego de trabajar con un especialista como Delarroquelle, fue entrenar a una inteligencia artificial con más de 100 papers científicos, de investigaciones que establecen protocolos de cuáles son las mejores formas de trabajar con chicos que presentan desafíos en la conducta, tengan o no diagnóstico de algún trastorno o condición. Estas investigaciones, explica Bunge, tiene muchos años de validación. "Es todo lo que podemos esperar que los padres incorporen para trabajar con los problemas de conductas con los que se enfrentan a diario. Nosotros, como terapeutas, vemos, como mucho una hora a la semana a los pacientes. Pero eso no alcanza para modificar conductas. Tenemos que trabajar con los padres, y no podríamos estar disponibles las 24 horas. Por eso, y ante la enorme demanda que vivimos los terapeutas, dijimos: 'tenemos que hacer algo'. Darles herramientas a los padres, que se complementen con los tratamientos y terapias que estén siguiendo, para trabajar en conjunto", explica Bunge.
Inicialmente, la herramienta funcionaba como un complemento a la terapia presencial. No eran los padres que descargaban la aplicación, sino un terapeuta que la sugería y monitoreaba. Sin embargo, se generaba otro cuello de botella, dice Bunge. Por eso, lanzaron un modelo en el que los padres pueden acceder por su cuenta, pero, a la vez, deben participar de capacitaciones semanales vía Zoom, con expertos, en talleres de orientación. Nunca se les aconseja que abandonen otras instancias de tratamiento.
Así, la plataforma ParenteIA, y su bot, que se llama Pat, ofrecen dos tipos de soporte: uno para los momentos de crisis. Por ejemplo, cita Bunge: "La madre le pide al hijo que apague la tele, el chico dice que no y la insulta. En lugar de enrollarse en una discusión de la que todas van a salir mal, y lo cuento porque es uno de los casos que tuvimos hace unos días, la madre se toma unos minutos para contarle la situación al Pat y preguntarle cómo actuar. Pat le va a decir algo así como que trate de calmarse y no hablar alterada, pero sí con firmeza. Que no alcanza dar la instrucción, sino hay que pararse de frente al chico, hacer contacto visual, interrumpir aquello que capta la atención, como es la televisión, dar una instrucción clara y esperar a que se cumpla, sin opciones", detalla.
¿Podría la IA reemplazar al terapeuta?
"Hay que reconocer que la Inteligencia Artificial llegó para quedarse. Sin embargo, el ser humano, a diferencia de las máquinas, para terminar de desarrollar su cerebro, necesita del vínculo con un otro. Es decir, nacemos con la potencialidad de la maduración biológica, pero la maduración y la integración psíquica no se da naturalmente, se da en el vínculo con un otro. Y esto no lo puede explicar la inteligencia artificial, lo puede dar como un dato", señala la psicoanalista Eva Rottenberg, directora de la Escuela para Padres. "Sería como creer que por leer un manual vamos a saber qué hacer. Si yo leo las obras completas de Freud y algunos otros autores, ¿voy a ser una persona sin problemas? No, lamentablemente no es suficiente porque hay procesos psíquicos que no se llegan a vislumbrar y a poder comprender a través de la lectura o a través de manuales o de consejos como la inteligencia, o de datos como la inteligencia artificial. El rol del terapeuta humano no se puede reemplazar", agrega.
"Creo que son importantes las herramientas basadas en evidencia, que puedan darles a los padres y a los niños, formas de poder gestionar crisis y situaciones problemáticas, pero al mismo tiempo también considero que no hay que olvidar la individualización del caso, tal como plantean los papers y las investigaciones, que se llama conceptualización de caso e individualización del caso. Es que hay ciertas intervenciones conductuales, cognitivas, que hay que hacer de acuerdo a la conducta problema, y eso se sabe haciendo un análisis funcional del caso, un análisis conductual aplicado", indica Diego Herrera, neuropsicólogo cognitivo conductual, director de Equipo Interdisciplinario Cognitivo Comportamental (EICC). Y agrega: "Creo que estos programas con IA podrían ser de acompañamiento y ayuda siempre y cuando estén monitoreados por un profesional experto en conducta".
Cómo funciona ParenteIA
Los primeros padres que empezaron a usar la plataforma ParenteIA se suscribieron en septiembre. En las últimas cuatro semanas, se monitoreó a un grupo de 20 familias y en poco tiempo y con instrucciones como estas, en todos los casos, hubo cambios positivos en la conducta de los chicos, cuenta el especialista.
¿El bot reemplaza al terapeuta? Bunge dice que no. Que hay dos instancias. Una es la ayuda que ofrece para el momento de crisis. Y lo otro, desde la plataforma se ofrece capacitación para padres, para aprender a actuar preventivamente y evitar las crisis. Estas son una serie de charlas, virtuales, con especialistas. En la Argentina, por ejemplo, comenzó el miércoles 8 de enero, con unos 20 padres, que participan de una capacitación con Andrea Abadi, psiquiatra infantil de Ineco.
"Bunge es autor de muchos de los materiales que usamos en psicoterapia en el tratamiento de niños y adolescentes. Cuando conocí el proyecto, quise ser parte porque creo que es una herramienta que puede ayudar muchísimo", explica Abadi.
Las preguntas son muchas. ¿El vínculo emocional que requiere una terapia se produce con una inteligencia artificial? O en este caso, sirve que un mar de expertos le estén susurrando al oído al padre o madre qué hacer en medio de una crisis, en lugar de que ellos mismos vayan tomando sus propias decisiones, equivocándose y aprendiendo. ¿En el momento del berrinche, sirve encerrarse y preguntarle a Pat qué hacer?
"Antes de lanzarlo, lo hemos probado de todas formas, tratando de quebrar al robot, a ver si contestaba cualquier cosa o algo fuera de lo indicado. Y, por el contrario, siempre se mantiene muy fiel a las recomendaciones de los expertos, en base a esos 100 papers, y fuimos ajustando para que sea una herramienta empática. Por ejemplo, probamos qué pasaba si un padre le proponía usar el castigo físico o si proponía por ejemplo comer pizza. Las respuestas en el primer caso fueron las aconsejables, tipo: 'entiendo que en este momento sientas mucha frustración, pero algo así va a agravar las cosas y no solucionará el conflicto, además de que va en contra de los derechos de los niños'. Y cuando le pidieron una pizza, les dijo: ',es muy rico pero en realidad estamos para hablar sobre tu relación con tu hijo'. En otra oportunidad, había un padre que estaba muy negado a todas las propuestas de Pat y hasta le contestó mal. El asistente le dijo: 'bueno, entiendo que no todos tenemos que pensar igual. Esto es lo que yo puedo decirte para ayudarte. Querés que siga dando consejos o preferís tomarte un tiempo para pensarlo y seguimos en otro momento'. Es decir, pudo leer el hecho de que el padre estuviera reactivo y rechazara todo lo que se le decía. Y supo manejarlo", cuenta Bunge.
Abadi cuenta que es muy frecuente ver a los padres de chicos con desafíos o problemas de conducta agotados, por no saber cómo actuar. "Uno podría creer que la maternidad o paternidad es algo intuitivo, y que los padres y madres saben cómo actuar frente a una crisis o un capricho, pero no es así. Y cuando se encuentran con hijos que aprender del capricho a manejar a los padres, esto es una conducta que se agiganta y ellos realmente no saben qué hacer. Sobre todo, porque lo que tienen que hacer es muchas veces contraintuitivo", dice.
"No alcanza con intentar ponerse firmes, a veces, o gritar, o desbordarse. Pero así es cómo lo viven. Desbordados. Hay padres, cuyos hijos tienen tantos problemas de conducta que solo disfrutan de estar con ellos cuando duermen. Después, viven tan mal todo el día que no saben qué hacer, quisieran huir de esa realidad y se sienten culpables por ello. Bueno, es allí, donde los especialistas podemos hacer un aporte, pero tenemos que trabajar con los padres, con las conductas. No podríamos llegar a tanto. Por eso, la herramienta de Inteligencia Artificial puede ser una gran ayuda. Además, lo principal va a ser el taller de orientación a padres, que dura unos ocho encuentros, y les ofrece las herramientas necesarias para saber y aprender cómo actuar", explica Abadi.