Precios más altos en dólares, con ingresos laborales más bajos

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Todo indica que durante este verano muchos argentinos viajarán al exterior para pasar sus vacaciones, atraídos no solo por playas, paisajes o ciudades emblemáticas, sino también por la posibilidad de comprar productos electrónicos, ropa y calzado con precios en dólares significativamente más bajos que en la Argentina y mejorar el rendimiento de sus ahorros en moneda extranjera.

El reciente boom de tours de compras en shoppings de Santiago de Chile es una muestra de esta tendencia, así como el de reservas en centros turísticos de Brasil, que también se extiende a Miami, el Caribe y varios destinos europeos.

Este fenómeno pendular se repite cada vez que las políticas cambiarias aprecian el peso hasta tornar al dólar relativamente barato. Ya ocurrió a fines de los 70 con la "tablita" de Martínez de Hoz y su correlato de "plata dulce", que incluso llegó al cine. Luego, en la década de convertibilidad 1 a 1 hasta su estallido, en diciembre de 2001, y durante la gestión de Cristina Kirchner, pese al cepo aplicado desde noviembre de 2011 más la devaluación de comienzos de 2014. Y, sin cepo, en los dos primeros años de Mauricio Macri hasta la crisis financiera y cambiaria de 2018.

Otra faceta fueron las amplias brechas cambiarias debido a los recurrentes cepos, controles y atraso del tipo de cambio oficial para tratar de encubrir una creciente inflación, que en estos casos abaratan los precios locales en dólares alternativos (MEP, CCL, blue).

Sin ir más lejos, a lo largo de 2023 hubo brechas cambiarias de tres dígitos porcentuales que impulsaron el flujo de viajeros del exterior –principalmente, de países vecinos– para hacer compras, además del contrabando hormiga desde provincias limítrofes, sin que esas divisas ingresaran a las raquíticas reservas del Banco Central.

Según datos del Indec, en el cuarto trimestre de 2023 ingresaron casi 1,86 millones de turistas extranjeros (49% más que en el mismo período de 2022), de los cuales el 63% lo hizo desde países limítrofes, mientras 1,44 millones de residentes argentinos (apenas 1% más que el año anterior) viajaron al exterior.

La fuerte devaluación aplicada por el gobierno de Javier Milei tras asumir, en diciembre de 2023, cuando el dólar oficial saltó más de 120% (pasó de $360 a $800), se trasladó inmediatamente a los precios –en muchos casos, con un notable overshooting preventivo–, con lo cual el péndulo pasó al otro extremo y en 2024 volvió a revertirse el flujo turístico. En los primeros 10 meses de este año viajaron al exterior casi siete millones de argentinos e ingresaron cuatro millones de extranjeros.

Sin embargo, la actual estabilidad cambiaria, así como la significativa reducción de las brechas, no impide que varios precios domésticos resulten ahora más altos en dólares en comparación con otros países de la región, e incluso algunos europeos.

Las razones son múltiples, aunque una de las principales es que en los últimos 12 meses se agotó en términos reales el "colchón" cambiario logrado hace un año, seguido de los miniajustes de 2% por mes que evolucionaron por debajo del índice de inflación mensual.

A este factor, que eleva además los costos de producción en dólares, se suma la corrección de precios relativos de combustibles, servicios públicos sin subsidios y, especialmente, la fuerte carga tributaria de arrastre sobre la mayoría de los productos de consumo masivo y durables, que en alimentos y bebidas supera 42% y en indumentaria y vehículos se ubica entre 50 y 55%. Así será al menos hasta que se avance con la anunciada reforma impositiva.

Incluso, el fin del impuesto PAIS sobre el dólar turista/tarjeta, que a partir de hoy baja de $1671 a alrededor de $1370 incluyendo la retención de Ganancias, no tendrá demasiado impacto sobre los gastos en el exterior, ya que suelen cancelarse con dólares libres.

Precios comparados

Un botón de muestra de esta situación surge del cuadro comparativo incluido en esta página con precios homogéneos en dólares de un aleatorio conjunto de 10 productos, elaborado sobre la base de datos aportados por jóvenes argentinos residentes en el exterior –en su mayoría, profesionales– que decidieron emigrar en los últimos años en busca de mejores oportunidades laborales.

En la Argentina, varios precios de alimentos y bebidas sin alcohol, convertidos a dólares MEP, son más caros que en Brasil y México. La única excepción es el pollo fresco

La comparación, que en ciertos casos incluye valores mínimos y máximos según la cotización de cada moneda al cierre del viernes último, permite advertir que en la Argentina varios precios de alimentos y bebidas sin alcohol, convertidos a dólares MEP –divisas que se adquieren a través del mercado de capitales–, son más caros que en Brasil y México. La única excepción es el pollo fresco, mucho más costoso en este último país y barato en Brasil.

En cuanto al café torrado molido, los precios brasileños muestran valores ínfimos debido a su condición de segundo productor mundial y a la devaluación del real, que este año pasó de 4,90 a 6,10 por dólar. Y en la Argentina, que debe importarlo de diferentes procedencias, se ubican más cerca de los países europeos, con diferencias por marcas y calidades.

Otro tanto ocurre con el precio local del combo Big Mac, que solo es superado por Francia y Noruega, al igual que el agua mineral (con extremos en marcas internacionales como Perrier o Evian), mientras por debajo existen diferencias entre marcas propias de supermercados.

No obstante, las mayores diferencias se advierten en bienes de consumo durable. El precio de un smartphone de última generación, como el Samsung Galaxy Z Flip 6 (de 512 GB), es más alto en la Argentina que en los otros seis países considerados. Cuesta algo más del doble que en Brasil, Francia y el más bajo de España; casi duplica al de México y se ubica entre 50 y 60% por encima de los valores tope de Inglaterra, España y Noruega.

Estas brechas se reducen en el sedán Toyota Corolla 1.8 con motor híbrido. Su precio base local supera en alrededor de 15% a los de Brasil y México, aunque el valor más alto resulta similar al de los países europeos, con excepción de Noruega (casi US$45.000), debido a la política ambiental del país escandinavo de desalentar el uso de motores de combustión para reemplazarlos por 100% eléctricos.

La disparidad también es amplia en los valores de zapatillas de marca para hombres, aunque el modelo en comparación (New Balance 500) puede conseguirse a un precio más bajo en la Argentina que en los demás países, con excepción de un mínimo registrado en Noruega.

Otro tanto ocurre con los pantalones genéricos de jean clásicos, con valores similares y más baratos en Inglaterra, Argentina y Noruega, que en México, Brasil y España. En cambio, los de marcas internacionales tienden a converger, salvo en Francia, con un pico de casi US$115.

Como dato adicional, viajeros argentinos recién llegados de Nueva York se ufanaban de haber adquirido, en la 5ª Avenida, el iPhone 16 básico a US$800, muñecas Barbie originales a US$4 jeans Levi's a US$30 y un pack de 4 baterías AA a US$1,5.

Ingresos deteriorados

Con precios domésticos de bienes en dólares que tienden a converger con los internacionales –al igual que el petróleo–, más los de combustibles líquidos que ya superan a los países de la región (excepto Uruguay y Chile con la nafta, según el último informe del especialista Daniel Montamat), los ingresos de las familias aún no recuperaron el terreno perdido frente a la alta inflación de los últimos tres años y medio, con pico de 211% anual en 2023 y suba acumulada de casi 80% en el primer semestre de 2024. Y si bien los salarios registrados vienen mejorando en dólares oficiales, su poder adquisitivo lo hace desde una base muy baja.

A este cuadro se agregan las distorsiones del mercado laboral, el retroceso de la productividad (que desde 2011 cae a razón de 1% por año) y que la ancha base de pobreza en la pirámide de ingresos hace que algo más de la mitad de la población no piense en programar vacaciones, ni mucho menos en el exterior.

A fin de noviembre, una familia tipo de dos adultos y dos niños necesitaba un ingreso mensual de poco más de 1 millón de pesos para no ser considerada pobre y de $439.240 para no ser indigente. En dólares MEP, estas cifran equivalen US$877 y US$385, respectivamente.

Otro informe de la consultora Analytica indica que las jubilaciones –sin incluir el bono– se situaban en noviembre 8,4% por encima de un año atrás, aunque en el acumulado anual perdieron 22%. A su vez, las mínimas con el bono incluido ($326.800 este mes) no recuperaron totalmente lo perdido hasta mayo, están 2,7% real por debajo del año anterior y acumulaban una caída interanual de 15,6%.

A la inversa, la Asignación Universal (AUH) de $72.699 por hijo para la población más vulnerable, creció 99,3% real desde noviembre de 2023.

Estos datos contrastan dramáticamente con las estadísticas de la OCDE sobre los salarios anuales de 2023 en sus países miembros homogeneizados con PPP (paridad de poder adquisitivo de sus monedas). Para España se calculan en US$4278 mensuales; Reino Unido, US$4800; Francia, US$4924; Noruega, US$6000, y México, US$1700.

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