Marcelo Gallardo y Karim Benzema pasaron de la ruptura a la conciliación, y Al Ittihad ganó con un gol de media cancha

En un momento, la ruptura entre Karim Benzema y Al Ittihad y Marcelo Gallardo pareció definitiva, sin vuelta atrás. Durante enero, con el delantero de regreso a Francia para sondear una salida al fútbol europeo, pocos apostaban a que volvería al club que lo incorporó en julio pasado con un contrato anual de 200 millones de euros, hasta junio de 2026.

Benzema, que se sumó a Al Ittihad cuando lo dirigía el portugués Nuno Espírito Santo, se tomó un avión después de una derrota por 5-2 ante el Al Nassr de Cristiano Ronaldo, el 26 de diciembre, ya con Gallardo en el banco. Es cierto que la Pro League saudita entraba en un receso durante todo enero, pero Benzema manejó sus tiempos sin conocimiento del club. Su promedio goleador era más que aceptable: 15 tantos en 25 encuentros oficiales.

Siempre hermético, versiones de allegados a Benzema indicaban que se sentía poco motivado con el nivel del fútbol saudita y extrañaba los focos del primer nivel europeo.

Lo más destacado de Al Ittihad 2 - Al Riyadh 0

El ex-Real Madrid y Balón de Oro 2022 intentó un traspaso a Chelsea o Arsenal. Pero Al Ittihad no se lo puso fácil. El club es uno de los cuatro que son financiados por el Fondo de Inversión Pública (PIF), perteneciente al reino, poseedor del 75 por ciento de esas entidades.

Así como les pagan fortunas a las estrellas internacionales, las autoridades árabes son renuentes a los incumplimientos de contrato, y más si no hay una compensación económica. Al Ittihad solo le dejó una alternativa a Benzema: ir a préstamo a otro equipo del reino.

A todo esto, la relación entre el francés y Gallardo había entrado en tensión. Al Muñeco tampoco le gustó la falta de compromiso. El argentino llegó a dirigirlo en siete partidos y de un día para el otro se encontró con que no contaba más con él.

A su pesar, Benzema se reincorporó a los entrenamientos de Al Ittihad de manera retrasada, cuando sus compañeros ya llevaban varios días de actividad. Mantuvo charlas con Gallardo. Estaban obligados a entenderse y conciliar por el bien de todos: de Al Ittihad y del propio centro-delantero. En los entrenamientos hubo gestos de distensión, había vuelto la armonía, al menos hasta el final de la temporada.

Gallardo lo dejó al margen de la reanudación de la Pro League -el 7 de febrero, en un 3-0 a Al Tai- y del 0-0 del último jueves contra Navbahor, por la Champions League de Asia. Lo hizo trabajar para que se pusiera a punto. El indulto llegó este domingo, cuando Benzema disputó su primer cotejo de 2024 en el 2-0 sobre Al Riyadh. Un triunfo importante para el conjunto del Muñeco, que está lejos de la pelea por el título e intenta descontar los cinco puntos que lo separan con el último conjunto que se está clasificando para la próxima Champions League asiática.

Además de Benzema, fueron titulares Fabinho y N'Golo Kanté. El 1-0 lo marcó el delantero Abderazak Hamdallah, con un muy buen remate cruzado. El 2-0 llegó en tiempo de descuento, con el arquero de Al Riyahd, el ex-Independiente Martín Campaña, yendo a buscar un córner al área de Al Ittihad, que a partir de un despeje armó un contraataque que Hamdallah definió con un remate desde la mitad de cancha.

Benzema fue reemplazado a los 26 minutos del segundo tiempo. Acusó un poco la falta de ritmo, si bien dejó algunos detalles técnicos de su estilo. Campaña le tapó una definición y otro remate desde una posición favorable salió desviado.

En la conferencia de prensa, Gallardo dejó en claro que tiene trabajo por delante con el equipo: "A medida que pasen los partidos nos entenderemos mejor. Con una buena recuperación estaremos listos para el jueves (desquite contra Navbahor por la Champions asiática). Nuestras expectativas para el próximo partido son que los jugadores estén más enérgicos y animados".

Por lo pronto, Gallardo parece haber salvado el primer conflicto en sus tres meses de gestión. Tiene a Benzema de su lado, aunque con el carácter del francés nunca se sabe qué puede pasar. Una prueba de liderazgo para Napoleón.

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