Irán: entre la opresión a las mujeres y la exportación del terror
Hoy a las 10:05 PM
El 30 de noviembre de 2024, Irán publicó el texto definitivo de la infame "Ley de Castidad y Hiyab", una normativa misógina que simboliza el control represivo del régimen teocrático sobre las mujeres y la sociedad. Con 74 artículos y cinco capítulos, la ley institucionaliza la violencia de género bajo el pretexto de la religión, imponiendo sanciones brutales y medidas draconianas para reprimir la resistencia femenina al uso obligatorio del velo. Esta ley no es solo una agresión contra las mujeres iraníes, sino también un atentado contra los valores universales de igualdad, dignidad humana y defensa de los derechos humanos. Ante la difusión de su contenido, no tardó en llegar un fuerte rechazo de la comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos. Tanto es así que el gobierno iraní decidió en los últimos días poner en pausa el proceso de implementación de la norma, solicitándole al Parlamento que por el momento no se la envíe formalmente -en Irán no existe el veto presidencial-, alegando que el texto presenta interrogantes y ambigüedades.
Más allá de estos últimos acontecimientos, la represión hacia las mujeres iraníes no ha dejado de aumentar. Desde abril de 2024, las autoridades iraníes han intensificado la vigilancia, arrestos y torturas públicas en nombre del llamado "Plan Noor" (Plan Luz). Mujeres y niñas son sometidas a golpizas, descargas eléctricas y arrestos arbitrarios, mientras la narrativa oficial las presenta como amenazas a la estabilidad social. Según Amnistía Internacional y las Naciones Unidas, estas medidas equivalen a un apartheid de género, al violar múltiples derechos fundamentales. En noviembre pasado, el Departamento de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio anunció que planea abrir una clínica para tratar a las mujeres y "curarlas" de su decisión de no utilizar el velo, justificando dichos tratamientos con diagnósticos no científicos vinculados a la salud mental. Esta es la opresión que hoy viven las mujeres en Irán.
El régimen iraní, sin embargo, no solo oprime en su territorio; exporta su ideología autoritaria y su terror a nivel internacional. En Argentina, el recuerdo del ataque terrorista contra la AMIA en 1994, atribuido a la conexión entre Irán y Hezbollah, sigue siendo una herida abierta. Este atentado, el peor en la historia del país, dejó 85 muertos y más de 300 heridos. Treinta años después, los responsables siguen impunes, mientras el régimen iraní niega cooperación y sigue operando a través de sus organizaciones proxys. Así lo hizo brindando apoyo a Hamas en el ataque del 7 de octubre de 2023 en Israel, en el que miles de civiles fueron asesinados y secuestrados, sembrando terror y desestabilización en la región.
El 28 de noviembre, el Congreso de la Nación tuvo la oportunidad de dar un paso decisivo hacia el fin de la impunidad, al intentar tratar en la Cámara de Diputados el proyecto de ley de Juicio en Ausencia. Esta normativa es clave para avanzar en los juicios contra los sospechosos del ataque a la AMIA, quienes aún siguen viajando libremente por el mundo, evadiendo las alertas rojas de Interpol. Sin embargo, ese mismo día, el oficialismo bloqueó la sesión, porque también incluía el proyecto de ficha limpia, con el cual "sorpresivamente" no estaban de acuerdo. Tenemos el desafío de seguir buscando los acuerdos para avanzar con la aprobación del Juicio en Ausencia; si no lo hacemos estaríamos perpetuando la impunidad de un régimen que se impone como amenaza global.
La "Ley de Castidad y Hiyab" y demás iniciativas contra las mujeres dan muestra de cómo el régimen iraní ha decidido atacar los derechos humanos de forma sistemática, incluyendo las incontables ejecuciones arbitrarias a prisioneros políticos. Mientras tanto, su historial de terror en el extranjero y la pasividad de algunos gobiernos ante estos crímenes son un recordatorio de cómo el terrorismo y la complicidad pueden erosionar las democracias y la búsqueda de justicia.
Es imperativo condenar esta ley, exigir solidaridad internacional con las mujeres iraníes y apoyo al derecho a la resistencia para el establecimiento de una república democrática. Al mismo tiempo, la Argentina debe recuperar su compromiso con la justicia y la verdad. Si los gobiernos democráticos no actúan con firmeza, corren el riesgo de permitir que la impunidad, la violencia y el horror continúen marcando nuestro tiempo.
Como manifestamos el pasado mes de julio durante nuestros sendos discursos en la Cumbre Mundial por un Irán Libre en Irán, hemos elegido no callar ante tantos atropellos, tanta burda hipocresía y tanta ausencia de humanismo. Porque, como decía Primo Levi, luego de sobrevivir al Holocausto, "si nosotros callamos, ¿quién hablará?".
Exdiputada nacional CCARI y abogada en representación de la querella, Unidad AMIA (2016-2017)
Diputado nacional. Presidente Coalición Cívica-ARI