El payador que se batió a duelo y actuó frente a presidentes de la Nación

https://resizer.glanacion.com/resizer/v2/NAMFIRYOIZCI7BZBRKO4UZPAPA.jpg?auth=8e3af0b4cdb839ce1c8a400e349e840d603ef180d38e113d320edd96bd72a0c6&smart=true&width=2000&height=1333

Reporteado en 1938 por la revista radial Vida Argentina, el payador porteño Antonio Anastasio Caggiano (1881-1955), dio testimonio de sus largos años de cantor y también de ciertos duelos a cuchillo que pusieron a prueba su destreza y valentía. Presentado como "el último de los payadores criollos que nos queda", refugiado en su audición de Radio del Pueblo, ese "viejo ombú que en el desierto desafía al pampero", era alguien alto y fornido, de melena ondeada, frente ancha y "ojos fuertes de águila".

Quieren aumentar el consumo de carne ovina, más allá de las ocasiones especiales

Iniciado en 1898 en el Circo Anselmi, a los dieciocho años, cuenta la crónica, su fama ya era conocida en toda la ciudad. Fue entonces cuando tuvo su bautismo de sangre. Vencido en el contrapunto, Pedro Guzmán, alias el Compadre Hachazo, lo invitó a la pelea. Detrás de la iglesia de San Cristóbal, facón contra facón durante treinta minutos, los contendientes no se dieron tregua. Mucho después, en el barrio del Retiro, Caggiano midió fuerzas con un taita conocido como El Títere quien, soportando una herida en la muñeca, debió abandonar la pelea. El desafío trajo lo impensado: desde ese lejano día, ambos se hicieron muy amigos.

En San Nicolás de la Arroyos, durante una gira, Caggiano conoció al mismo Hormiga Negra, gaucho inspirador de la novela de Eduardo Gutiérrez. Ambos payaron y, en casi obligada continuidad se trenzaron, aunque esta vez rebenque en mano. Hormiga Negra, el provocador del encuentro, recibió un latigazo en la cabeza que lo hizo tambalear. "¡Este golpe —le dijo al rival— vino del Cielo! Ha ganado usted, mocito, en güena ley".

La popularidad de Caggiano lo llevó a improvisar, nada menos, que ante varios presidentes de la Nación. Supieron de su arte Julio Argentino Roca, José Figueroa Alcorta, Victorino de la Plaza y Roque Sáenz Peña. Junto a Gabino Ezeiza se presentó frente a Hipólito Yrigoyen. Y en los cuarteles de Palermo cantó ante José Félix Uriburu.

Autor de algunos sainetes, guionista de películas, Caggiano compuso además tangos y milongas. De una simpática payada cuyo tema era la figura de Napoleón Bonaparte, rescatamos los siguientes versos: "Que fue Napoleón Primero/ quien al mundo conmovió. / Y así lo pinta la historia, / en Waterloo derrotado,/ descontento y desterrado, / en Santa Elena murió".

En su libro El arte de los payadores Ismael Moya agrega otros célebres encuentros de Caggiano: con Maximiliano Santillán en 1902 en el Almacén de La Media Luna, partido de 25 de Mayo; en 1907, con Higinio Cazón en el Circo Rafetto, de Avellaneda; en 1913, contra el uruguayo Miguel C. Fígoli. También mostró su talento delante de Ambrosio Río, Juan Pedro López y Manuel Terán.

Instalado en los estudios radiotelefónicos de Radio del Pueblo desde 1935, aquel "invicto payador" brindó algunas jiras por el interior de la República. En los almacenes de San Telmo payó con Eugenio de Igarzábal, Nicodemo Galíndez y Ángel Greco. Al cantar a Buenos Aires dijo: "Surgió a la luz una flor / tan lozana y perfumada / que hoy llevo a cada barriada / en mi sueño evocador".

×