La historia de amor que esconde la joya que la Reina Letizia lució en el funeral de Juan Gómez-Acebo: origen y significado

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La Reina Letizia acudió al funeral de Juan Gómez-Acebo este sábado 8 de septiembre. Un cónclave royal al que llegó de riguroso luto y en cuyo último adiós acaparó todas las miradas. Con un vestido midi, llamó la atención de invitados y periodistas no solo por su presencia, sino también porque había desempolvado una de sus joyas más valiosas. Nos referimos a un collar de perlas que ha lucido en poquísimas ocasiones, de hecho, estas se pueden contar con los dedos de una mano. 

La primera en el año 2018, en una recepción de honor al presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier en el Palacio Real de Madrid. Años después vuelve a apostar por este impresionante collar de 37 perlas naturales y un cierre de diamante. Se trata, según cuentan, de una de las joyas más antiguas del joyero de la Reina y en su día perteneció a Isabel II, pero ¿qué más se sabe de este joya?, ¿qué historia de amor esconde?

El collar de perlas fue un regalo de bodas de Francisco de Asís de Borbón a la que iba a ser su futura esposa, Isabell II. La hija del Rey Fernando VII y de María Cristina Borbón-Dos Sicilias cuando cumplió 14 años se le concedió la mayoría de edad, siendo ahí cuando se concertó su matrimonio con el duque de Cádiz, Francisco de Asís de Borbón, su primo. Para celebrar su unión él le regaló este collar que ahora la Reina Letizia luce con orgullo. 

Aunque en 1878 casi se pierde en una subasta organizada por la reina en París, la pieza en cuestión se pudo salvar. Eso sí, su precio es incalculable. Así lo dice Nuria Lázaro, Doctora en Historia y especializada en la joyería del siglo XIX. Se asegura que a través de un telegrama se pidió su rescate: "Deseando que no salga de la familia te ruego que la compres". Dicho y hecho, pues cientos de años después sigue perteneciendo a la Familia Real Española

El historiador Roger Bastida explica cómo fue la recuperación de esta joya que la Reina Letizia ha llevado consigo en contadísimas ocasiones. Una de ellas el pasado sábado en el último adiós de Juan Gómez-Acebo, primo carnal del Rey Felipe. "Isabel II murió en 1904 en París. Sus joyas iban a ser subastadas, pero antes de ello sus nietos iban a poder comprar algunas de sus joyas a puerta cerrada. Se compraron solo dos piezas, una de estas fue el collar", desliza. 

La Reina Sofía también ha lucido el mismo collar de perlas

Fue ahí cuando Alfonso XIII le regaló a Victoria Eugenia de Battenberg el collar de perlas naturales. Después pasó a otras muchas manos, entre otras, la de la Reina Sofía, quien lo ha 'tuneado' añadiendo la perla "perilla". Letizia, en cambio, siempre ha apostado por el collar sin ningún colgante, sin aderezos. 

Aunque en ciertas ocasiones la prensa se ha referido a este collar como "las perlas rusas", no es así. Este collar tiene un cierre brillante, de grandes dimensiones y, además, esconde una historia digna de recordar. Cabe señalar que es habitual que los asistentes de un funeral lleven perlas como joya, especialmente las royals. La razón no es otra que su significado: representan lágrimas y luto. Es casi una tradición. 

Quizás, por ello, ahora Letizia haya rebuscado en su joyero para dar con la joya perfecta. Una idea que, por cierto, tenía pensada desde hacía días, tal y como dice el periodista José Moreno. "Doña Letizia seleccionó con antelación una serie de piezas del joyero, las cuales debieron ser preparadas con antelación. Finalmente esta ha sido la joya seleccionada", cuenta. 

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