Jacques y Gabriella, los hijos de Charlene y Alberto de Mónaco cumplen 10 años: sus exclusivos colegios y formación del futuro
Ayer a las 01:30 AM
Los dos hijos mellizos de Charlene y Alberto II de Mónaco han cumplido 10 años y sus padres no han dudado en organizarle una celebración muy especial. Los pequeños viven alejados de los focos salvo en las veces en las que aparecen junto a sus padres en actos oficiales o institucionales, como en el Día Nacional de Mónaco o en algunas jornadas del Gran Premio de Mónaco. A sus 10 años, Jacques y Gabriella de Mónaco han acudido a tres exclusivos colegios, realizan actividades extraescolares de todo tipo y ya han perfilado cómo serán sus formaciones del futuro. Te contamos todos los detalles.
Jacques y Gabriella de Mónaco nacieron en 2014, poco más de tres años después de la mediática boda de Charlene y Alberto de Mónaco. Los pequeños nacieron en un parto con cesárea programada y nada mas nacer, Gabriella fue nombrada Condesa de Carladés y su hermano Jacques recibió el título de Marqués de Boux. El niño nació dos minutos después que su hermana melliza, pero la ley sucesoria de Mónaco impide que las mujeres sean herederas al trono saltando directamente en la línea sucesoria al siguiente descendiente varón, en este caso, su hermano mellizo Jacques de Mónaco.
Tras el nacimiento de los pequeños, Charlene y Alberto fueron muy discretos con sus bebés y permanecieron un mes sin apenas salir de palacio. A los dos meses del nacimiento, los monarcas presentaron al bebé al pueblo monegascodesde el balcón del Palacio Principesco y, tres meses más tarde, los bautizaron en la Catedral de San Nicolas de Mónaco. En el bautizo, los padrinos fueron Gareth Wittstock, su tío materno, y la sudafricana Nerine Pienaar, esposa del exjugador de rugby François Pienaar, y desde entonces, ambos se han criado en el Palacio Principesco que es la residencia privada de los príncipes soberanos, una antigua fortificación genovesa construida a principios del siglo XIII que más tarde se convirtió en una de las residencias más lujosas de la época. Recordamos, que Alberto II de Mónaco tiene dos hijos más, Jazmín Grace y Alexandre Grimaldi, pero son nacidos fuera del matrimonio y por lo tanto, no tienen derechos sucesorios como Jacques y Gabriella.
Los exclusivos colegios de Jacques y Gabriella de Mónaco
Los hijos pequeños de Alberto II de Mónaco comenzaron su etapa escolar a los cuatro años. Su propia madre, Charlene, fue quien lo anunció a través de sus redes sociales compartiendo el feliz momento en el que sus hijos se disponían a ir al colegio por primera vez. Los niños se iniciaron en Le Petite École, un jardín de infancia privado cuyo coste asciende a unos 25.000 euros al año por alumno y que seguía el método de educación Montessori, cuya filosofía apuesta por liberar el potencial de cada niño para que se autodesarrolle en un ambiente estructurado y organizado. Este método cada vez es más común entre las familias ya que promueve una enseñanza más ordenada y real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños. Este tipo de aulas Montessori integran alumnos de edades agrupadas en períodos de 3 años, lo que promueve naturalmente la socialización, el respeto y la solidaridad.
Sin embargo, un año después Charlene decidió cambiar de colegio a sus hijos y los matriculó en la escuela Stella, un centro público que acababa de abrir sus puertas situado en el barrio de la Condamine de Mónaco. Pero tampoco les convenció ya que al año siguiente volvieron a cambiar a los mellizos al que hoy en día es su colegio. Jacques y Gabriella estudian en la Institution François d'Assise-Nicolás Barré (FANB), un colegio privado y católico, considerado uno de las más privilegiados de la ciudad. Aún así, el cambio de colegios de los pequeños no estuvo exento de polémicas ya que coincidió con la pandemia y los mellizos dejaron de asistir a clase sin previo aviso. Como contrapunto, Alberto II acondicionó la antigua guardería del Palacio Grimaldi para que los profesores fueran allí a darle clases a sus hijos y a cuatro de sus compañeros de clase. Todo un detalle que fue muy agradecido por el resto los compañeros de sus hijos y por sus padres.
Aunque a pesar de acudir al colegio, cuando los mellizos regresan a casa tienen clases particulares de protocolo, imagen y todas las materias relacionadas con su futuro rol como representantes de la familia real monegasca. Hace un año, los pequeños comenzaron a dar clase por separado ya que desde que comenzaron su etapa escolar, Jacques y Gabriella siempre han estado juntos en la misma clase. Hasta el momento de ir a la universidad, los niños seguirán previsiblemente en este centro y luego Jacquestendrá que pasar por un periodo de formación militar, igual que hizo su padre, Alberto II de Mónaco, quien estudió en el Amherst College de Massachusetts en Estados Unidos y se graduó en Ciencias Políticas en 1981. Aunque la música era una de sus grandes pasiones ya que fue miembro del coro de la universidad, con el que realizó una gira por Europa y Medio Oriente en el verano de 1979.
Cuando la jornada escolar y la jornada real llegan a su fin, los mellizos aprovechar para disfrutar de su tiempo libre practicando algunas de sus actividades favoritas como tocar el piano, jugar al baloncesto y las actividades acuáticas. Además, en verano suelen pasar una temporada en el campamento de lujo Seadventures Summer Camp, un exclusivo evento que organiza la acción de deportes del Yacht Club de Mónaco, el espacio náutico fundado por el príncipe Rainero III en 1953, en el que se pueden practicar actividades como hacer vela, remo y snorkel.
Los mellizos acompañan a sus padres a algunos actos oficiales de la familia real monegasca dando una buena señal de la formación que están recibiendo y para que poco a poco, vayan entendiendo sus responsabilidades con el pueblo de Mónaco. "No hay una edad concreta para empezar. Las cosas hay que hacerlas poco a poco y sin forzar. Ahora, no los queremos exponer demasiado pero, por supuesto, cuando sean mayores se involucrarán en más actividades", decía Alberto II de Mónaco sobre el papel de sus hijos en la agencia protocolaria de la familia.