Intolerancia a la lactosa: Síntomas, causas y soluciones prácticas

https://www.bezzia.com/wp-content/uploads/2025/01/intolerancia-a-la-lactosa-y-diarrea-scaled.jpg

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa es una condición ampliamente extendida tanto en España como en el resto del mundo. Esta ocurre cuando el organismo tiene dificultades para digerir la lactosa, un azúcar presente en la leche y otros productos lácteos. La causa principal es la deficiencia de la enzima lactasa, encargada de descomponer la lactosa en glucosa y galactosa, dos azúcares simples que el intestino puede absorber con facilidad.

Es importante diferenciar entre intolerancia y alergia a la leche, ya que, aunque ambas condiciones están relacionadas con el consumo de productos lácteos, la alergia implica una respuesta del sistema inmunológico y puede tener consecuencias mucho más graves. Conoce más detalles en este artículo sobre las diferencias entre intolerancia y alergia a la lactosa.

¿Cómo se manifiestan los síntomas?

Los síntomas de la intolerancia a la lactosa suelen ser principalmente gastrointestinales y ocurren por la fermentación de la lactosa no digerida en el colon. Esta fermentación genera gas hidrógeno, metano y otros subproductos que provocan molestias.

  • Forma leve: digestión lenta, pesadez estomacal, hinchazón, dolor abdominal, flatulencias, fatiga y, ocasionalmente, pequeñas erupciones o dolores de cabeza.
  • Forma grave: náuseas, vómitos, diarrea osmótica (acuosa y de olor fuerte) o, en algunos casos, estreñimiento.

Si bien estos síntomas suelen aparecer entre 30 minutos y dos horas después de ingerir alimentos con lactosa, la gravedad puede variar según la cantidad consumida y el tipo de alimento.

Factores que influyen en la aparición de síntomas

El impacto de la lactosa en el organismo varía dependiendo de los alimentos combinados en la dieta. Por ejemplo, consumir leche junto con carbohidratos acelera el tránsito intestinal, favoreciendo la aparición de síntomas. Por el contrario, las grasas ralentizan el proceso, disminuyendo las molestias.

Se recomienda a quienes sospechan de intolerancia incluir alimentos bajos en lactosa o sin lactosa en su dieta. Este cambio, junto con una atención a las combinaciones alimenticias, puede mejorar significativamente la calidad de vida.

Diagnóstico y tratamiento

Para un diagnóstico adecuado, es fundamental acudir a un médico cuando los síntomas sean persistentes, especialmente en bebés o niños pequeños. Las pruebas más comunes incluyen:

  • Prueba de aliento con hidrógeno: mide los niveles de hidrógeno en el aliento después de consumir lactosa.
  • Prueba de tolerancia a la lactosa: analiza la respuesta del organismo al azúcar.
  • Prueba genética: determina predisposiciones hereditarias.

Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento puede basarse en eliminar o limitar el consumo de lactosa. En casos extremos, suelen recomendarse suplementos de lactasa o alternativas lácteas vegetales, como las que encontrarás en este artículo sobre leche de nueces de macadamia.

Cuidado especial para los niños

En los casos de diarrea infantil vinculada al consumo de lactosa, los bebés o niños pequeños pueden requerir atención inmediata para prevenir la deshidratación. Se sugiere continuar con la lactancia materna, ya que puede mitigar los síntomas en comparación con las fórmulas comunes. Consulta más sobre cómo diagnosticar esta intolerancia.

Vivir con intolerancia a la lactosa no significa eliminar completamente los lácteos de la dieta. Con una planificación adecuada, como reemplazar productos lácteos tradicionales por opciones sin lactosa, y mantener un control médico, es posible disfrutar de una dieta variada y equilibrada sin afectar la calidad de vida.

×