El Príncipe Guillermo desvela la curiosa y secreta tradición navideña que le encanta hacer cada año

Ayer a las 07:55 AM

Las informaciones sobre lo que ocurre durante la Navidad en Sandringham van haciéndose públicas muy poquito a poco. El goteo de noticias sobre lo que ocurre mientras los royals británicos disfrutan de su ocio es muy lento y opaco. No obstante, de cuando en cuando, conocemos algo nuevo sobre lo que ocurre en el interior de esta segunda residencia de la Familia Real Británica. Este año, el Príncipe Guillermo nos ha dado una pista sobre una de sus costumbres favoritas durante las fiestas navideñas, y, como era de esperarse, no involucra ni joyas ni protocolos. Se trata de algo mucho más relajado y que hace que su familia más cercana estreche lazos cada vez que finaliza un nuevo año.

Durante su más reciente visita al 1er Batallón del Regimiento del Mercia, del que es coronel jefe, en Bulford, Wiltshire, se dejó ver en una de las celebraciones que llevan a cabo por estas fechas. Fue allí donde, entre risas y charlas informales, dejó escapar uno de los detalles más entrañables de sus Navidades familiares: su amor por los paseos al aire libre con sus perros durante las reuniones en Sandringham. El marido de Kate Middleton no entiende acabar un año nuevo sin hacer esta larga salida acompañado de sus seres queridos. 

La tradición real navideña que el príncipe Guillermo no deja pasar por nada del mundo

Si bien las Navidades de la Casa de Windsor están marcadas por fastuosos eventos y cenas, Guillermo ha dejado claro que, detrás de las puertas cerradas de Sandringham, hay momentos mucho más relajados. Según ha podido confirmar Leah St Clair-Lewis, miembro de WRVS Services Welfare, a través de la revista Hello!, y como asegura The Mirror, conversó con el príncipe durante el evento y fue a ella a quien Guillermo confesó que los paseos con sus perros son su momento favorito de las fiestas: "Hablamos de lo que estaba haciendo para Navidad y de disfrutar de pasear con sus perros en Sandringham", comentó Leah. Y no nos extraña en absoluto, pues es bien sabido que, para la Familia Real Británica, la naturaleza y los animales son dos pilares fundamentales por lo que esta tradición encaja perfectamente con lo que se comenta. 

Kate Middleton y el hijo de Lady Di comparten su vida con Orla, un cocker spaniel negro que llegó a la familia en 2020 a través del hermano de Kate, James Middleton, que fue quien se lo regaló tras la muerte de su anterior perro, Lupo. Orla, con su enérgico carácter, parece ser la compañera ideal para recorrer los amplios jardines de la finca real, mientras la familia se toma un respiro de las ajetreadas agendas oficiales. Es como un miembro más de la familia y en otras ocasiones han llegado a admitir que Orla duerme con ellos en la cama. 

Lo que parece un idílico retiro navideño en una mansión también tiene su dosis de caos, según reveló el propio príncipe. Durante la conversación con Leah, Guillermo admitió que reunir a 45 personas bajo un mismo techo no es tarea fácil. ¿El motivo? La combinación de una familia extensa con una buena dosis de niños correteando por los pasillos y, por supuesto, perros persiguiéndose unos a otros.

"Me dijo que habría 45 personas por Navidad. No especificó si sería solo por un día o durante toda la semana, pero deben necesitar una mesa muy larga", añadió Leah entre risas. Y aunque la logística pueda parecer abrumadora, este es sin duda el espíritu de las Navidades reales: familia y tradiciones.

Los adultos y los niños separados en Navidad

Aunque los paseos con los perros sean una tradición entrañable para el Príncipe Guillermo, no todas las costumbres navideñas son igual de flexibles. Mientras la familia real se prepara para las celebraciones en Sandringham, hay algunos detalles que siguen sorprendiendo a muchos. Por ejemplo, este jueves 19 de diciembre tuvo lugar el tradicional almuerzo previo a la Navidad organizado por el Rey Carlos III en el Palacio de Buckingham, pero llamó la atención la ausencia del Príncipe Guillermo y Kate Middleton. Aunque suele ser una ocasión ineludible para los hijos y nietos del anfitrión, los príncipes de Gales optaron por permanecer en Norfolk, disfrutando de las vacaciones invernales con sus hijos.

A pesar de esta decisión, se espera que Guillermo y su familia cumplan con las celebraciones principales en Sandringham, donde los Windsor han pasado las Navidades durante más de cuatro décadas. Eso sí, hay una tradición que el matrimonio no romperá: el banquete navideño separa a los más pequeños en una sala distinta de los adultos, una norma que permanece intacta generación tras generación. Aunque algunas costumbres se adaptan a los tiempos modernos, esta sigue siendo un firme recordatorio del protocolo real que estructura las reuniones familiares.