Cómo identificar y manejar las infecciones respiratorias en niños
12/26/2024 12:47 AM
Con la llegada del frío y de las bajas temperaturas, los niños, especialmente los más pequeños, son más vulnerables a sufrir infecciones respiratorias debido a su sistema inmunológico aún en desarrollo. Estas afecciones pueden variar desde un simple resfriado hasta condiciones más graves como la bronquiolitis o la neumonía. Es clave identificar y diferenciar estas enfermedades para ofrecer un tratamiento adecuado y, sobre todo, prevenir complicaciones.
Síntomas de las principales infecciones respiratorias en niños
Las infecciones respiratorias pueden tener manifestaciones muy variadas, lo que a veces lleva a confusiones entre afecciones como el catarro, la gripe, la bronquiolitis e incluso el COVID-19. A continuación, te detallamos los síntomas más comunes de cada una de ellas:
- Resfriado común: Es una de las infecciones más frecuentes en los niños. Los síntomas incluyen mucosidad abundante, tos moderada, congestión nasal y dolor de garganta. En ocasiones, puede acompañarse de fiebre leve, que generalmente desaparece en un par de días.
- Gripe: A diferencia del resfriado, la fiebre en la gripe suele ser más alta y persistente. Además, los niños pueden experimentar malestar general, fatiga, dolores musculares intensos y escalofríos.
- Bronquiolitis: Común en niños menores de dos años, esta afección puede iniciar con síntomas similares a un catarro, pero evoluciona hacia una tos más intensa, dificultad respiratoria y sibilancias (sonidos agudos al respirar).
- COVID-19: Los síntomas más comunes en niños incluyen fiebre leve, tos seca, pérdida del gusto o del olfato, dolores musculares y, en ocasiones, dificultad para respirar. Aunque la mayoría de los casos en niños tienden a ser leves, es fundamental vigilar cualquier síntoma persistente o inusual.
Cuándo hay que alertarse y acudir al pediatra
Si bien la mayoría de las infecciones respiratorias son leves y pueden tratarse en casa con cuidados básicos, hay situaciones en las que es imprescindible acudir al pediatra o a un servicio de urgencias:
- Fiebre alta persistente: Si la fiebre supera los 38,5 °C y dura más de tres días, puede ser signo de una infección más grave.
- Dificultad para respirar: Si observas que el niño tiene respiraciones rápidas, sibilancias o presenta tiraje intercostal (hundimiento de las costillas al respirar), es fundamental buscar atención médica de inmediato.
- Cambios en el color de la piel: Una coloración azulada en los labios, rostro o extremidades indica falta de oxígeno, lo que requiere atención urgente.
- Rechazo total del alimento o líquidos: Si el niño no quiere comer ni beber nada durante un tiempo prolongado, esto puede llevar a deshidratación.
Ante la presencia de cualquiera de estos signos, no dudes en buscar ayuda inmediatamente para evitar complicaciones graves.
Cuidados y tratamiento en casa
La mayoría de las infecciones respiratorias no requieren tratamientos específicos, ya que son de origen viral. Sin embargo, hay medidas que puedes tomar en casa para aliviar los síntomas y ayudar a la recuperación del pequeño:
- Hidratación: Es crucial que el niño consuma abundantes líquidos, como agua, leche o caldos tibios, para evitar la deshidratación y mantener las vías respiratorias húmedas.
- Lavados nasales: Utiliza solución salina o agua de mar para limpiar las fosas nasales del exceso de mucosidad, lo que ayudará a mejorar la respiración.
- Antitérmicos: Si el niño presenta fiebre o malestar general, puedes administrar paracetamol o ibuprofeno según la dosis indicada por el pediatra.
- Evitar ambientes irritantes: Es importante mantener la casa libre de humo de tabaco, polvo y otros contaminantes que puedan agravar los síntomas.
- Descanso: Garantiza que el niño descanse lo suficiente, ya que el sueño juega un papel esencial en la recuperación.
Medidas preventivas para evitar infecciones respiratorias
La prevención es clave para reducir el riesgo de infecciones respiratorias, especialmente en temporadas de otoño e invierno. Implementar estas medidas puede marcar una gran diferencia:
- Lavado frecuente de manos: Enseña a los niños a lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente antes de comer y después de estornudar o toser.
- Uso de pañuelos desechables: Fomenta el uso de pañuelos para estornudar o sonarse la nariz y deséchalos inmediatamente después de usarlos.
- Limpieza de las superficies: Limpia regularmente las superficies que los niños tocan con frecuencia, como juguetes, mesas y pomos de puertas.
- Evitar el contacto con personas enfermas: Minimiza la exposición a individuos con infecciones respiratorias activas.
- Vacunación: Asegúrate de que los niños estén al día con sus vacunas, incluyendo la vacuna contra la gripe y otras enfermedades respiratorias.
La llegada del frío trae consigo un incremento en las infecciones respiratorias entre los niños, pero aprender a identificar los síntomas, actuar oportunamente y aplicar medidas preventivas puede marcar una gran diferencia. Proveer un ambiente saludable y acudir al médico cuando sea necesario garantizará el bienestar de los más pequeños de la casa.