La familia real griega calienta motores antes de la boda de Teodora: Ana María y sus hijos, en Atenas con las royals holandesas

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A apenas una semana del gran día, la familia real griega ya empezado a calentar motores para la boda de la princesa Teodora, el próximo fin de semana. Este martes, la reina Ana María y sus hijos coincidían en Atenas con las royals holandesas, Máxima y Amalia, por un poderoso motivo. Tanto, que madre e hija no dudaron en salir del palacio de Noordeinde quince minutos después de que terminara el Prinsjesdag para viajar de forma exprés a tierras helenas.

Pero no podían faltar. Esa misma noche, se celebraba un homenaje a la destacada filántropa Marianna Vardinogiannis, que fallecía en julio del año pasado. Esta mujer, que dedicó toda su vida a luchar por los derechos humanos, ayudar a niños con cáncer infantil a través de su fundación o a trabajar contra la trata de personas, entre otras muchas causas, tenía una gran relación tanto con la familia real griega como con la holandesa, por lo que su presencia era casi obligada.

El escenario no podía ser más espectacular para esta reunión de royals, en la que vimos a Ana María de Grecia con casi todos sus hijos. Fue el Odeón de Herodes Ático de Atenas el que acordió la actuación musical titulada 'Marianna – Amor, Esperanza, Luz', dedicada a la vida y obra de de la filántropa. Así, la única ausente del clan fue Alexia, la mayor, que aún no se ha desplazado a Atenas para la boda de su hermana.

Marie-Chantal, junto a Pablo, Nicolás y Philippos de Grecia. (Cortesía Studio Panoulis)

Pero no faltaron los demás. Vimos a los tres hijos varones de Ana María y Constantino de Grecia, que iban vestidos prácticamente igual, con trajes de chaqueta en azul marino y corbatas con diferentes estampados, pero también en azul.

El contraste lo hacía Marie-Chantal, la esposa del príncipe Pablo, que diferencia de su marido, y sus cuñados, Nicolás y Philippos, escogió el blanco. La empresaria lució un vestido de corte camisero con cinturón, mangas abullonadas y bordados en color plata en la zona del pecho.

Aunque Pablo vive en Londres y Philippos en Nueva York, sus visitas a Grecia son constantes y parece que ya su estancia se alargará hasta el próximo fin de semana, cuando toda la familia al completo volverá a reunirse en un momento mucho más festivo que la última vez, cuando tuvo lugar la misa en memoria del rey Constantino en Londres.

Porque si un miembro de la familia real griega acaparó todas las miradas, esa fue Teodora de Grecia, prácticamente en capilla. Será el próximo viernes cuando den comienzo los festejos por su boda con el abogado Mathew Kumar, primero con una fiesta prenupcial en el Museo de Arte Cristiano y Bizantino de Atenas y, un día después, en la catedral de la capital.

Ana María y Teodora de Grecia, a su llegada al homenaje. (Cortesía Studio Panoulis)

La princesa estaba muy relajada y sonriente, resplandeciente y ya preparada para el que será su gran día. Aunque ya se ha desvelado qué diseñadora es la elegida para su look nupcial, los detalles del vestido son alto secreto y no sabemos si la elección para el concierto del martes por la noche en homenaje a su amiga nos ha dejado alguna pista.

Su look estaba formado por un vestido de estampado floral de ME+EM, con diferentes tonos de azul, verde y rojo, que combinó con complementos de diferentes colores. Por un lado, el bolso, un diseño pequeño de piel en verde con efecto cocodrilo de la firma Aspinal of London. Por otro, unos zapatos planos en color azul klein que seguro más de una lectora tiene en su armario.

Se trata de un modelo que Zara sacó a la venta hace unos años y que estaba inspirado en aquellos 'manolos' que se hicieron virales gracias a la película 'Sexo en Nueva York', cuando se convertían en el elemento con el que Mr. Big pedía matrimonio a Carrie de forma improvisada.

La reina Máxima y la princesa Amalia, junto a la anfitriona. (Cortesía Studio Panoulis)

Pero, como decíamos, no fue la única presencia royal de la noche. Porque Máxima y Amalia de Holanda no querían ni podían faltar a este concierto, dada la amistad que unía a su familia con la filántropa. Así, quince minutos después de salir al balcón de Noordeinde para dar por finalizado en Prinjesdag, se quitaron sus vestidos largos y tomaron un jet privado para volar hasta Atenas.

Les hablábamos ese día de cómo Amalia estaba absolutamente favorecida con ese peinado y los complementos que había escogido para combinar con su diseño de Safiyaa. Y parece ser que estaba muy de acuerdo, ya que se dejó tanto la diadema como los pendientes y el clutch, cambiando solo las sandalias doradas de la mañana. Combinación perfecta con su traje chaqueta de Max Mara.

Por su parte, la reina de Países Bajos lució un original mono de Elie Saab en color arena con un detalle troquelado en el final de las mangas, con un cut out que no falta ya en el armario de ninguna royal.

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