Charlène de Mónaco, con estudiado estilismo a juego con su hija, disfruta en familia del tradicional pícnic monegasco

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Si el pasado sábado por la mañana, la princesa Charlène se rendía a una de sus prendas fetiches, el mono, para acudir a la recepción de los atletas que participaron en la anual carrera benéfica de bicicletas eléctricas, por la tarde, la esposa de Alberto de Mónaco volvió a apostar por una de estas piezas para asistir a una importante e ineludible cita en Mónaco.

Se llevó a cabo el tradicional pícnic en el parque princesa Antonieta de Mónaco, al que Alberto y Charlène acuden siempre acompañados de sus hijos, el príncipe Jacques y la princesa Gabriella y disfrutan junto a cientos de monegascos de esta patriótica reunión en la que se disfruta de las actuaciones de las bailarinas de La Palladienne y de la celebración.

Charlène de Mónaco, en el tradicional pícnic de Mónaco. (Gtres)

El año pasado fue en este evento donde se estrenó Carlota Casiraghi y su familia. Este año, sin embargo, Alberto ha acudido junto a su esposa y sus hijos.

Para un momento tan destacado, la princesa Charlène, que por la mañana había escogido un estampado étnico en tonos marrones, decidió por la tarde formar junto a su hija Gabriella, con el color de sus prendas, la bandera monegasca. La cuñada de Carolina y Estefanía de Mónaco optó por un llamativo mono rojo con cuerpo ceñido y hombro al descubierto, así como pantalón de pata ancha, que combinó con unos finos pendientes largos de oro, de Vanrycke. Su hija Gabriella se decantó por un cómodo y veraniego vestido blanco de tirante ancho combinado con sandalias planas con toques dorados.

Jacques y Gabriella de Mónaco. (Gtres)

Por su parte, el príncipe Alberto y su hijo Jacques lucieron como dos calcos, ambos con pantalones de color beige, camisas blancas y chaquetas azules.

El pícnic comenzó con una misa oficiada por el obispo de Mónaco tras la cual, las familias reunidas en el parque disfrutaron de una agradable jornada paseando, escuchando música tradicional interpretada por el coro de la U Cantin d’A Roca o degustando deliciosa comida elaborada a la barbacoa y dulces.

Además, este año el pícnic incluyó una novedad que encantó a aquellos que siempre se les ha quedado corto el momento de disfrute de este evento. En este 2024, la fiesta se alargó hasta la noche, cuando un amplio pabellón deportivo se convirtió en una pista de baile

Para esta edición, hubo alguna novedad para extender las celebraciones. Para aquellos a quienes este momento de suspensión les pareció demasiado corto, el pícnic dio paso a un animado baile, por primera vez este año. Por la noche, el Terrain Omnisports se transformó en una pista donde se vivió un ambiente de lo más festivo.

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